Costa Rica NAMA

Costa Rica NAMA

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Costa Rica NAMA llega a Culto como una de esas tazas que sorprenden por su claridad y consistencia. Lleva el nombre del Proyecto NAMA Café, una iniciativa nacional que impulsa prácticas agrícolas más eficientes y sostenibles, acompañando a pequeños productores y beneficios con asistencia técnica, financiamiento y capacitaciones orientadas a mejorar la calidad mientras se reducen las emisiones. Es un café que nace del trabajo responsable y de una forma de producir que busca impacto positivo sin sacrificar sabor.

El Valle Central y su legado

El Valle Central es la cuna del café en Costa Rica y una de las regiones más tradicionales del país. Las primeras plantaciones se desarrollaron aquí en el siglo XVIII, antes de expandirse hacia otras zonas productoras. Su clima, con estaciones seca y lluviosa claramente marcadas, favorece la floración y la cosecha, mientras que el paisaje está moldeado por los volcanes Irazú, Barva y Poás, cuyas laderas ofrecen suelos volcánicos fértiles, ricos en materia orgánica y capaces de retener humedad. En estas alturas, entre los 900 y 1.600 msnm, el café crece con una estructura sólida, una dulzura natural y una expresión limpia que se siente en cada taza.

Una taza dulce y precisa

NAMA se presenta como un café dulce y equilibrado, de buen cuerpo y textura limpia, donde las notas de caña de azúcar, carrot cake y chocolate aparecen con claridad y naturalidad. En filtrados ofrece una taza amable, con sabores que se insinúan y se definen mejor con ratios altos, pero es en espresso donde realmente muestra su carácter: dulce, directo y preciso, con una definición que lo convierte en una base ideal para bebidas con leche. Es un café versátil, pensado tanto para quienes buscan claridad como para quienes prefieren expresiones más densas y reconfortantes.

Un café que acompaña todos los días

Costa Rica NAMA reúne tradición, sostenibilidad y un perfil sensorial accesible y expresivo. Es un café que conecta el trabajo de los productores del Valle Central con una taza dulce y limpia, que se disfruta con facilidad y deja una impresión duradera. Una expresión honesta del origen y un recordatorio de la calidad que puede lograrse cuando la historia, el territorio y la técnica trabajan en la misma dirección.