En el último año el precio del café verde se duplicó a nivel global. Y todo indica que esta tendencia continuará. Detrás de este fenómeno hay razones climáticas, productivas y económicas que están afectando a toda la industria del café, desde los caficultores hasta los consumidores finales.

Un mercado presionado por el clima extremo
La causa principal detrás de la suba es el clima extremo.
Los dos mayores productores del mundo, Brasil y Vietnam, atravesaron una sequía histórica que redujo drásticamente su volumen de producción. Cuando hay menos café disponible que el que se consume anualmente, los precios inevitablemente suben.
Este año la oferta global volvió a caer y la proyección para la próxima cosecha sigue siendo incierta.
El New York Times lo resume así:
“Puede tomar hasta dos años para que la cosecha de Brasil se recupere de la sequía. Las plantas de café serán menos productivas a medida que la temperatura de la tierra continúe aumentando, y prácticas como la deforestación continuarán amenazando la sostenibilidad de la industria. De alguna manera, esto es una señal de lo que está por venir.”

Especulación y récords históricos
El mercado del café no solo responde a la oferta real, sino también a la expectativa. Ante el panorama climático incierto, la especulación aceleró la suba, llevando los precios a romper récords históricos casi a diario. En otras palabras: la percepción de riesgo empuja al alza incluso antes de que la producción final esté confirmada.
La importancia de la economía de escala
Durante más de cuatro años mantuvimos nuestros precios sin cambios, incluso mientras el mercado global ya mostraba señales de suba. Esto fue posible gracias a la fuerza de la Comunidad Culto (CC) y a nuestro objetivo de reducir la brecha de precios entre el café industrial y el café de especialidad.
Sin embargo, la suba actual es extraordinaria y está directamente atada a condiciones globales que nos obligan a realizar ajustes.
Nuestro compromiso con toda la cadena
El café es un producto valioso y una cadena compleja donde intervienen muchas personas: recolectores, caficultores, distribuidores, baristas y consumidores.
En Culto priorizamos que cada eslabón sea respetado y cuidado. Nuestro propósito siempre fue —y seguirá siendo— que el café de especialidad pueda ser una elección real, no un privilegio.